A día de hoy no es conocido que un campo de gravedad varíe cíclicamente. Se considera que estas variaciones no han sido medidas todavía. Sin embargo, desde nuestra perspectiva sí que se han medido ya de diferentes maneras.
A nivel atómico, las llamadas fuerzas de Casimir son para nosotros las fuerzas de arrastre producidas por la variación cíclica (expansión y contracción) del campo de gravedad asociado a la materia que lo curva y con la que interactúa. Y las fuerzas de Van der Waals son las creadas por el desplazamiento del campo creado por la intersección de al menos dos campos de gravedad entrelazados, al variar éstos.
A nivel Astrofísico, los perihelios y afelios planetarios están para nosotros causados por la contracción y expansión cíclica del campo de gravedad de la estrella orbitada
La ciencia actual admite la existencia de un campo de presión que se da masa (peso) a la materia. Sin embargo no se está identificando con la Gravedad. Ha sido llamado «Campo de Higgs». El llamado «Bosón de Higgs», es la frecuencia de vibración de ese campo de Higgs que «permea» todo el universo.
Pero, si se admite que la masa de la materia está originada por un campo que varía cíclicamente (porque una vibración supone una variación cíclica), ¿no se está diciendo claramente (con otras palabras) que la gravedad varía cíclicamente?
La dificultad de la Física actual para integrar la gravedad con el electromagnetismo, está impidiendo también entender qué son las ondas gravitatorias, cómo hallarlas, y que es y como controlar la antigravedad.
La Antigravedad es una fuerza generada por la propia Gravedad. O dicho más exactamente, la Antigravedad es una fuerza que surge con el entrelazamiento de al menos dos campos de gravedad que varían cíclicamente con frecuencias y fases iguales.
También podríamos decir que la antigravedad es una fuerza que surge del electromagnetismo. Pero es que el electromagnetismo surge del entrelazamiento mismo de al menos dos campos de gravedad. Un campo electromagnético es el creado en la intersección de dos campos de gravedad que se entrelazan y varían cono fases iguales u opuestas.
El campo electromagnético creado en la intersección de los dos campos de gravedad entrelazados se desplaza en las cuatro direcciones espaciales dependiendo de las fases de variación de los campos de gravedad que lo crean. Cuando ambos campos se contraen al mismo tiempo, el campo electromagnético se contrae y se eleva generando una fuerza de presión ascendente que produce las ondas que son conocidas como fotón o energía fotónica. Las partículas que estén girando en el interior del campo eléctrico (la órbita aquí es magnética) se verán arrastradas por el movimiento del campo que tiene lugar de afuera hacia adentro.
Cuando a continuación los dos campos de gravedad entrelazados se expanden, el campo electromagnético se expande también y desciende perdiendo la fuerza de presión ascendente que genero en el momento (o cuanto) anterior. Es como si el campo electromagnético sufriera una «descompresión», una pérdida de fuerza que le impide generar la energía. En este caso, las partículas que se hallen en la cara externa del campo eléctrico, experimentarán una fuerza de arrastre de dentro hacia afuera, mientras que las que estén en el interior del campo tendrán un menor impulso en su órbita magnética.
¿Pero qué ocurre en la cara externa de los dos campos de gravedad entrelazados?… En la parte externa de la intersección de los dos campos de gravedad existe también una curvatura que viene a ser un campo invertido con respecto al campo electromagnético creado. Este nuevo campo sería un campo anti-eléctrico. Y cuando el campo electromagnético desciende perdiendo la fuerza de presión ascendente, el campo anti-eléctrico crea una fuerza de presión igual pero descendente. Esta fuerza de presión sigue una dirección opuesta a la dirección de la presión gravitatoria de los dos campos de gravedad entrelazados. Y al ser opuesta, las ondas que produzca serán antigravitatorias, darán lugar a un antifotón.
¿Es que la gravedad tiene una dirección? En nuestra opinión, existe un flujo que se curva al intentar traspasar a la materia a la que encuentra en su transcurrir, siendo esa curvatura el campo de gravedad. La gravedad así es una fuerza de presión de un flujo en movimiento. ¿Ese flujo qué es? depende desde dónde se observe. Por ejemplo, si nuestro sol se halla situado en la intersección de los campos de gravedad entrelazados de otras dos estrellas, entonces para nosotros en la tierra, el flujo gravitatorio será el movimiento de presión que se produce por el desplazamiento del campo electromagnético del sol cuando los campos de gravedad de las otras dos estrellas se contraen y se expanden. El campo de nuestro sol sería «electromagnético». Pero ¿y qué flujo gravitatorio habría causado la curvatura del campo de gravedad de cada una de esas otras dos estrellas? Sería cada uno de ellos el campo electromagnético de la intersección de los campos de gravedad entrelazados de otras dos estrellas? y así hasta el infinito. Porque nuestro universo podría ser no más que el campo electromagnético creado por la intersección de otros dos Campos de gravedad (o Universos) entrelazados. El llamado Big bang que se supone di`ó origen a nuestro universo sería una forma de llamar a este entrelazamiento de universos, que a su vez dependerían del entrelazamiento de otros universos…
En nuestra opinión la causa fundamental de la dificultad que tiene la física para conciliar gravedad y electromagnetismo está causada por la idea de que en el interior de cada masa material existen subpartículas dotadas con cargas eléctricas. La materia para nosotros no tiene cargas eléctricas en su interior, ni las llamadas «cargas eléctricas» son algo que tenga entidad alguna diferente del movimiento espacial. Las cargas eléctricas son para nosotros los desplazamientos y las fuerzas de arrastre que producen, causados por las variaciones cíclicas de los campos de gravedad entrelazados.
Un campo de gravedad separado de otros, con su sola materia, genera una radiación que es la parte de ese flujo gravitatorio que logra traspasar a la materia. La radioactividad así es una radiación «gravitatoria».
Pero la diferencia entre campo de gravedad y campo electromagnético sólo depende de la medida de la que partamos.
Para nosotros los nuevos «campos electromagnéticos» creados por los entrelazamientos de los «campos de «gravedad» constituyen los llamados «núcleos atómicos». Es a través ellos como se entienden también los llamados «enlaces químicos» intra e intermoleculares y las «interacciones fuerte y débil».
Los «núcleos atómicos» son para nosotros núcleos compartidos por al menos dos «átomos». Y puede hablarse además de un «núcleo» y un «antinúcleo» invertido que genera una «antienergía», un «antifotón» que produce una fuerza «antigravitatoria» (que ha venido a llamarse «energía obscura»).
La curvatura del «antinúcleo» no sólo es opuesta a la curvatura de cada uno de los dos campos de gravedad entrelazados que lo generan en su intersección, siendo así antigravitatoria, sino que además es opuesta a la curvatura del campo electromagnético, el «núcleo» mismo, siendo por tanto también «antielectromagnética».